Cine, discapacidad y derechos: LOCA ALEGRÍA
Comienzo a escribir esto sin ningún afán jurídico/académico. Me gusta el cine y no soy un cinéfilo, ni encuentro categorización alguna desde la cual pueda decir algo con un mínimo de autoridad. Escribo para un espacio que genera algunas discusiones que van generando otras y de ese modo se construyen soluciones o se acercan nuevas miradas a quienes a veces estamos distraídos mirando hacia otro lado o mirando siempre hacia un mismo lugar. Me refiero a Pensamiento Civil. Entonces pensé en escribir sobre algunas cuestiones interesantes para mí, entre tantas cuestiones de la vida apasionantes como el cine, la poesía y los derechos de las personas con discapacidad y sus familias.
Hablare claro, no por subirme a la ola de la inclusión que los medios promocionan sin sustancia, sino porque siempre trato de escribir como hablo, y hablar como vivo, aunque en este caso no pueda comerme las eses por temor a la corrección editorial de Florencia Angeletti.
Dicho esto, quería contar que la Convención de los derechos de las Personas con discapacidad tiene un articulo, que es el 8°, que lleva por título “Toma de conciencia” y se me ocurrió ver el modo en que uno puede aportar contando lo que vio en tan solo un par de películas muy buenas para compartir, pues creo que después de verlas uno puede, en algunos casos, tener un primer acercamiento sobre el campo de la discapacidad, y en otros casos, seguir enriqueciendo la discusión sobre cuestiones que nos (me) obsesionan.
Empecemos entonces por “Loca alegría”, de Paolo Virzi. Italiana.
No contare la trama pero si introduzco a que sepan que las dos protagonistas se escapan del psiquiátrico en el que han sido alojadas, y en ese escape podemos encontrar un paralelismo con lo que está aconteciendo normativamente, pues el saber jurídico también está dejando atrás la institución manicomial, escapándose de “aquello” que tanto daño causo.
Por ahora solo adelanto eso, nada mejor que un alfajor para la ansiedad….