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CÓRDOBA: LA JUSTICIA RESUELVE CASOS POR WHATSAPP EN LOS BARRIOS

Se utilizan unidades móviles que se trasladan a distintos puntos críticos de la ciudad.

La premisa es “sacar del Palacio a la Justicia”, y la herramienta clave es el celular.

El hombre dice que no puede pagar el monto de cuota alimentaria que se le pide. Eso es lo que escucha la oficial de Justicia.  Pero antes de entrar a aquella sala, la interviniente ya tenía referencias del caso: ese padre sí quiere resolver el problema de la cuota.

La mediadora le hace al hombre una contrapropuesta. El padre abre los ojos y la boca. Está a punto de decir que sí, y la mujer que está sentada a su lado –madre de la criatura de ambos– parece satisfecha.

La escena transcurre en barrio Müller, en la zona este de la ciudad de Córdoba. A pocos pasos, la obra del cura Mariano Oberlín continúa en pleno crecimiento.

“El juzgado móvil empezó como una asesoría. Pero la idea siempre fue la misma: sacar a la Justicia del ‘Palacio’”, explicó la jueza de familia Silvia Morcillo.

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Trabajan en conjunto con organizaciones sociales y con referentes territoriales. Reciben pedidos desde los barrios y disponen de un día para su atención. A la hora y en el lugar pautado, atiende la Justicia. “El juzgado de familia resuelve situaciones realmente delicadas. Desde asuntos relacionados con la identidad de las personas –cuando se tramitan los DNI– hasta mediaciones entre exesposos, parejas, abuelas, madres y padres enojados”, comentó Morcillo.

Según entienden en la oficina de la jueza, una parte de la sociedad no llega a los lugares donde se imparte Justicia. “Los sectores postergados no llegan a los juzgados. O lo hacen cuando son acusados de algún delito. Por eso hay una representación sesgada que los aleja de los palacios de Justicia”, opina Morcillo.

“Pero, además, hay problemas materiales. No tienen dinero para el transporte; no saben qué papeles llevar; no cuentan con otra persona para dejar a sus hijos. O, simplemente, no se atreven a cruzar estas puertas”, plantea.

La abogada Myriam Rebuffo es una pieza clave para entender el funcionamiento de la defensoría móvil. Trabaja a la par de Morcillo y, antes de describir su tarea, dedica varios minutos para agradecer a la magistrada.

“Cuando vi la necesidad de la gente, no me quedaron dudas. Teníamos que dar un paso más. Entonces, pedí una audiencia a la señora jueza y ella entendió al instante”, cometa Rebuffo.

 “La gente a veces no puede acceder a prestaciones sociales que tiene por derecho por problemas con la tramitación del DNI. O hay innumerables casos de tenencias de niños transitorias, pero las mujeres que cuidan de esos niños llevan más de 10 años haciéndolo”, ilustra la abogada.

Rebuffo hizo fue avanzar en el sistema de atención. “Pedí que se aceleraran los procesos. Decidimos que íbamos a resolver instantáneamente problemas que la gente llevaba a la asesoría”, explicó.

El proceso que idearon ambas mujeres de la Justicia es simple. Reciben con antelación un cuadro de situación. La asistente legal atiende la consulta, hace las tramitaciones y envía la documentación a la jueza.

El resultado es asombroso. En poco menos de una hora, la gente sale de la salita barrial con el trámite terminado.

Atienden en dispensarios, en colegios, en Centros de Acceso a la Justicia. En la medida en que van ampliando la red, se van acomodando en nuevos sitios.

WhatsApp

Rebuffo identificó un problema sin solución. “La gente de los sectores empobrecidos no resuelve sus asuntos con la Justicia porque no accede a los canales, a pesar de que hay muchos y son efectivos. Operan barreras invisibles que impiden la concreción de soluciones simples”, dice.

“Hay que despapelizar la Justicia”, considera, por su parte, Morcillo.

Ella lo practica. Todo lo que puede hacer a través de los sistemas de gestión lo hace. Pero agregó al proceso un elemento inusual.

“En los despachos, quedamos muy alejados de la situación que se vive afuera. Nosotras ideamos este sistema para salir de los escritorios. Así que implementamos un grupo de WhatsApp para hacer los trámites”, explicó.

Y funciona así como suena. Desde el barrio, sacan una foto al formulario, a la documentación y a todos los requisitos necesarios para avanzar en las tramitaciones. Desde una oficina del Juzgado de Familias, se incorpora al sistema de gestión. Y en cuestión de minutos, se envía un nuevo mensaje.

“Ya está”. Así, escueto, llega el texto de nuevo al barrio. La jueza explica que, después, siguen una serie de acciones para concluir cada asunto. Pero la gente recibe los sellos correspondientes cerca de sus casas.

“Hay gente que camina hasta 15 cuadras. Van de un barrio al otro para buscar la asesoría móvil. Muchas personas sienten alivio porque viven en la desesperanza cuando no pueden resolver asuntos delicados”, planteó Morcillo.

El sistema de trabajo es un ejemplo en materia de solución de problemas. La gente así lo reconoce.

“Si no vinieran hasta acá, para mí sería difícil. Trabajo todo el día; pero, además, me ha tocado ir al juzgado y dar vueltas por los pasillos. Me fui con las manos vacías para volver a los 15 días. No puedo creer que me voy de acá con la solución en las manos”, contó Carlos al salir de la asesoría.

Sin embargo, hay sólo una jueza y una abogada que dedican su tiempo a estas tareas. Lo hacen con la anuencia del Tribunal Superior de Justicia y se espera que el sistema de trabajo esté reglamentado para fin de año.

Fuente: https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/justicia-resuelve-casos-por-whatsapp...