EL PROYECTO "SMOKE LIFE": promete convertir las molestas colillas en materiales para decenas de productos.
Un grupo de mexicanos desarrollaron el proyecto "Smoke Life", que consiste en la recolección de colillas de cigarrillos para su conversión en productos útiles que evitan la contaminación del medio ambiente, informó hoy la Universidad del Valle de México (UVM).
Ideado por Alejandro Martínez, ganador del Premio UVM por el Desarrollo Social 2017, el modelo de negocio consiste en "elaborar con las colillas de cigarro productos de gran utilidad, como recubrimientos anticorrosivos, pastas para libretas, aislantes térmicos y acústicos, ladrillos, suelas de zapato".
Anualmente miles de millones de colillas de cigarrillos se arrojan al territorio mexicano, sin que exista algún tratamiento efectivo para reducir el impacto generado por este desecho, capaz de contaminar hasta 50 litros de agua con una sola colilla.
El principal producto de "Smoke Life" es el anticorrosivo, creado con procesos químicos utilizando maquinaria especializada.
Uno de los integrantes del equipo, el biólogo Leopoldo Benítez, desarrolló productos a partir de un proceso biotecnológico creado por él mismo con el que se manipula el acetato de celulosa (algodón que compone las colillas de cigarro).
"Se pueden crear diferentes productos, como suelas para zapatos, aislantes acústicos", indicó Martínez. Asimismo, aseguró que todos los productos "quedan limpios del olor a tabaco, así como de riesgo de contraer alguna enfermedad, por lo que es muy seguro de usar".
La elaboración del anticorrosivo lleva alrededor de una hora desde que las colillas de cigarro son inducidas al proceso de transformación.Para los otros productos "se requiere de mayor tiempo, pues las colillas son sometidas a un proceso bioquímico con el que se tienen que ir degradando poco a poco y su tiempo de creación es de aproximadamente 3 días", señaló el emprendedor.
"Smoke Life" basa su modelo en una recolección masiva de colillas encontradas al aire libre o situando contenedores en concurridas inmediaciones de bares y discotecas para que la gente las deposite.
La menor cantidad de colillas recolectadas por los emprendedores durante una semana en un bar ha sido de 1.500 y la mayor de 3.000, variando según el lugar. "Luego se almacenan en garrafones de agua vacíos, en los que nos aseguramos que no se mezcle con algún otro tipo de basura que pueda perjudicar el proceso", detalló Martínez.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones, en México hay unos 17 millones de fumadores y cada uno consume unas 127 cajetillas al año (2.540 cigarros). El ganador del Premio UVM mencionó que de ese total de residuos, un 41 % terminan en basureros, el restante 59 % (29.500 millones de filtros) acaba contaminando ecosistemas vitales para la salud.